Cada estancia tiene su propio carácter: la bodega, con sus estanterías repletas y tonos morados, contrasta con la luminosidad del salón y la energía de la biblioteca. La cocina, llena de rincones acogedores, invita a quedarse. Y una obra de Javier de Juan marca la entrada al speakeasy, nuestro espacio más íntimo con la misma esencia.